Partidazo vivido la víspera de reyes en el Cartagonova. Ya se vaticinaba que no lo iba a tener fácil el Valencia en su visita al feudo cartagenero, pero lo que no se esperaba era que durante casi todo el partido, el equipo dominador fuera el de segunda división.
El resultado fue lo de menos, pues aunque injusto por los merecimientos de unos y otros, no evidenció la distancia de ambos equipos en cuanto a categoría y presupuesto.
El Efesé jugó con los reservas, o mejor dicho, con los titulares de la copa del rey. Luis Carrión no quiso cambiar esto, aunque en frente tuviera a un rival de superior categoría, y demostró a la plantilla que si se está comprometido con el equipo, todos tendrán su oportunidad de demostrar su valía.
Durante casi todo el encuentro, el dominador fue, sorprendentemente, el FC Cartagena. El Valencia se limitó a jugar a la contra y sobre todo, a no tomar riesgos, dejando la responsabilidad querer ganar el partido al equipo local. Si bien es cierto, que en la primera parte el encuentro estuvo mas igualado en cuanto a ocasiones, el Valencia se llevó el gato al agua fruto de un golazo en el minuto 34 transformado por Carlos Soler al transformar una falta al borde del área por el lado mas difícil y con un efecto endiablado con el que nada pudo hacer Prior para detenerlo.
Parecía que el Valencia a partir del gol iba a darse un festín, pero nada mas lejos de la realidad, el equipo albinegro siguió presionando, pues no quería ser mas una víctima del primera comiéndose al segunda.
Y llegó la jugada polémica del partido justo al final del primer tiempo, cuando un clarísimo penalti a Boateng, que González Fuertes, el colegiado, se negó a pitar pese a verlo a pocos metros de la jugada. La patada fue evidente pero inexplicablemente el colegiado señaló el final de la primera parte y solo se limitó a enseñar una tarjeta amarilla a Pablo Vázquez por protestar.
La segunda parte fue distinta. El Efesé domino este tramo en casi todo momento. Y fruto del empuje y de varias ocasiones falladas en los últimos metros, Alfredo Ortuño encara a puerta y el defensor valenciano toca claramente el balón con la mano provocando el penalti que esta vez, el ínclito colegiado si señala. Desde los 11 metros Ortuño fusila con la zurda y empata el partido a 1-1 cundiendo el nerviosismo en el equipo Che. El Cartagena siguió presionando al rival y sumando ocasiones de gol que o bien el portero o el larguero le impedían ponerse por delante.
A destacar Dauda en la parte de arriba, muy activo y sobre todo a Bodiger en el centro del campo. La transformación de este jugador a sido brutal. De no aportar casi nada al equipo en las primeras jornadas, donde apenas daba un pase con condiciones o robaba una pelota, a pasado a ser fundamental en el esquema. Corta, crea, apoya… me recuerda a los mejores tiempos de Mariano Sánchez en el año de los Víctor, Longás, De Lucas, etc. Este cambio hay que ponérselo en el haber de Luis Carrión, pues depositó en el la confianza cuando todos creíamos que iba a ser un fiasco, y gracias a esa confianza, el jugador francés ha resurgido junto a otros compañeros, como Pablo Vázquez que también empezaron de la misma manera.
Pero el partido que todo apuntaba que se iría a la prorroga, terminó inesperadamente en el minuto 92, fruto de un error del portero local Prior, que hasta ese momento había hecho un partidazo, al no atajar la pelota al disparo de un falta, y que dejo en bandeja a Cherysev para poner el definitivo 1-2 en el marcador, y terminar con el sueño copero del equipo que mejor y mas méritos había hecho para llevarse el partido.
Pese a la derrota el equipo sale reforzado de cara a los aficionados, y encara su próximo partido con el Huesca de la mejor manera posible.
Buena imagen del equipo, y sobre todo de la afición que en mas de 10.000 personas, llenaron las gradas del Cartagonova resucitando la pasada efesemanía.