Nueva derrota en casa contra la Ponferradina (que ya es costumbre) en este inicio de la liga de la segunda división 22-23.
El equipo albinegro presento 2 caras. La cara equipo ofensivo que busca llegar arriba con velocidad y descaro, y la cara de equipo débil en defensa, que deja muchos huecos y que suele tener la pifia correspondiente en uno de sus centrales. Esta ultima cara es la que mas se vio en la noche del lunes en el Cartagonova.
Bien es cierto que el equipo esta en construcción, como todos los años, y que se han marchado piezas claves en el equipo, como Daudá y Rubén Castro. Pero los 2 centrales son los mismos del año pasado, Pablo Vázquez muy desacertado en el primer gol de la ponfe, y Datkovic. Y los centrales no estuvieron bien, se vieron desbordados por los atacantes visitantes que con 4 toques se plantaban en el área local. Tampoco ayudan en demasía Jairo, muy incisivo en el corte ofensivo, pero poco en defensa y Calero. Tampoco Marc Martínez tuvo su mejor día, pudiendo hacer algo mas en alguno de los goles recibidos.
Y un equipo que este año no cuenta con los goles de los antes nombrados, no puede ser tan endeble en defensa.
El centro del campo tampoco ayudó mucho, Musto muy leñero y poco creativo y tan solo Mikel Rico dio buenas sensaciones, incluyendo un bonito gol de cabeza. Las alas apenas crearon peligro con Arribas y Ferreiro muy desaparecidos en todo el partido.
Arriba tan solo De Blassis aunque muy lejos de su mejor nivel. Lo que si ha quedado meridianamente claro es que Ortuño no es el delantero centro que necesita el Cartagena. Muy lento y poco acertado de cara al gol. Es cierto que las comparaciones con Castro no tienen sentido, pero al final en el fútbol, como en la vida, los números son los que mandan. Y Ortuño no va a llegar ni de lejos, a los goles materializados por el ahora jugador del Málaga.
Trabajo para Carrión y para la dirección deportiva, en estas semanas para equilibrar a un Cartagena, con demasiadas incógnitas en este inicio liguero.
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